¡Hola a todos!
La verdad, no sabía en qué sección colocar esta entrada. Hace rato que quiero hacerla y, ahora que estoy retomando los temas de mi monografía del cuatrimestre pasado para convertirla en un ensayo, me pareció un buen momento.
Quién es Lucía Miranda se preguntarán varios de ustedes. A pesar de vivir en Buenos Aires, no fue hasta este año que, cursando Literatura Argentina, conocí el mito fundacional del país (uno de los tres) que gira en torno a esta joven.
Lucía Miranda es una muchacha que llegó al territorio argentino con los primeros exploradores. Ya de por sí era bastante difícil que una mujer llegara hasta acá, primero porque no eran tenidas en cuenta y segundo porque no contaban con la fortaleza suficiente como para soportar el largo viaje. Fueron pocas las que lograron soportar la dura prueba a la que se enfrentaron para acompañar a sus familias. En el caso de Lucía fue Sebastián, su gran amor, a quien ya había perdido una vez (los hombres, antes de poder constituir una familia, necesitaban hacerse un nombre, nombre que se hacían en la guerra) y no estaba dispuesta a dejar ir nuevamente, sobre todo con lo que la expedición implicaba.
Lucía es una joven de corazón dulce pero terco, el tipo de persona que, por más mal visto que estuviese en la época, no dudaba de lo importante que era aprender a escribir y leer. Su carácter fuerte pero amable la llevaron a ejercer el rol de mediadora entre los nativos americanos y los colonizadores. Gracias a ella se estableció un vínculo entre ambos pueblos y, por bastante tiempo fueron aliados. Pero las cosas no resultaron tan fáciles: el jefe de la tribu, Mangoré/Marangoré, se enamoró de ella. Él había contraído recientemente matrimonio con una mujer de otra tribu, además, Lucía también estaba casada y no estaba dispuesta a abandonar a Sebastián. Con el tiempo, Mangoré comenzó a evitar a la muchacha... Podría haber terminado allí pero no, la cosa tenía que complicarse todavía más.
Marangoré tenía un hermano llamado Siripó. Él, cuyas ansias de poder lo dominaron, decidió aprovechar la situación a su favor. Comenzó a hablarle a Marangoré sobre Lucía y, al final, acabó convenciéndolo de romper la tregua que se había establecido entre ambos grupos. Fue así que, mientras un grupo de expedicionarios (la mayoría de los hombres) se encontraban fuera, acabaron por invadir el fuerte, matando a todos (salvo a unos pocos sobrevivientes) y secuestrando a Lucía en el proceso. Aquí la historia se divide, hay varias versiones del mito, pero la que más me gusta a mí es la siguiente (si desean leer la historia por su cuenta, no lean aquello que esté en cursiva, sino, sigan adelante):
Siripó aprovecha la revolución para matar a su hermano y ser el nuevo jefe de la tribu. Cuando Sebastián regresa y se encuentra con la masacre del fuerte, va en busca de Siripó pero acaba convirtiéndose en prisionero. Siripó le ordena a Lucía que se olvide de él y que se convierta en su nueva esposa. Ella se niega y los dos amantes son ejecutados (a Sebastián lo matan con flechas y a ella en la hoguera, en representación de sus santos).
El origen de la historia no está del todo claro, algunos dicen que se inspiró en un relato previo en el cual un colonizador intentaba tomar a una india, es decir el caso opuesto, a modo de justificación. Sin embargo, lo que queda claro es que Lucía es un buen modelo.
Quería contarles esta historia desde que comencé a trabajar en una monografía el cuatrimestre pasado, en la cual comparaba a Lucía con Bella, de La bella y la bestia. Actualmente voy a ir un paso más allá para desarrollar el tema al que quería encaminarme con este tema, el por qué creo que Bella y Lucía Miranda son buenos modelos feministas. Es mi primera incursión profunda en el tema del feminismo y estoy muy contenta y entusiasmada, por eso quería compartirlo con ustedes. Invito a todos los que quieran a leer Lucía Miranda, de Eduarda Mansilla (es, de lejos, la versión que más me gustó de la historia porque profundiza en el pasado de Lucía y en lo importante que son las raíces).
¡Eso es todo por hoy! Espero que les haya gustado esta entrada, un poco diferente a las demás. ¿Conocían esta historia? ¿Cuáles son los mitos fundacionales de sus países? ¡Cuéntenme más en los comentarios! Díganme también si les gustaría que hiciera otra entrada hablando de otro de los mitos fundacionales.
Hasta la próxima~
¡Hola! No conocía ese mito fundacional (a pesar de que hice la materia), así que leí la entrada con atención. Te agradezco que la hayas hecho. Ya anoté el libro de Eduarda Mansilla para tenerlo en cuenta.
ResponderBorrarMucha suerte con la monografía, me gustó el tema que elegiste.
Besos.
¡Hola!
BorrarTengo amigas que han tenido la materia y no han leído el libro ni escuchado de la historia. Creo que la mayoría de los profesores opta por "El hambre", pero como nuestra profesora escribió su tesis sobre cautivas las menciona bastante seguido. El libro es bastante entretenido (y eso que no soy muuuuy fan de lo que es la literatura argentina), si estás estudiando la carrera, te lo recomiendo <3
Hola Nami!
ResponderBorrarrealmente muy interesante y copado esto del mito fundancional. Cuando tenfga tiempo pienso afrontarlo con más profundidad.
¡beso y gracias por la entrada!
¡Holus!
BorrarMe alegra que te haya gustado, hace rato que tenía ganas de hacer la entrada. Es algo que hay que hacer con tiempo (al principio lo leí rápido para sacármelo de encima, pero me gustó y lo volví a leer más tranquila para el trabajo) porque sino te perdés con ciertos detalles.
¡Saludos!
Holaaa
ResponderBorrarNo conocía este mito pero es realmente interesante, me encanta conocer un poco más de la historia y cultura de países que no son el mío
Un abrazo enorme guapa!
Hola! La verdad es que no conocía el mito, me pareció muy curioso y raro ajajaj ¡Saludos!
ResponderBorrar¡Hola Mariana! Me gustó mucho leer la entrada, no conocía para nada el mito y me alegro de haberlo encontrado y disfrutarlo tanto.
ResponderBorrarSería genial ver más entradas así, ¡un beso!
Hola! que interesante este post :O no sabia de la existencia de este mito, y menos que menos de los otros dos, voy a investigar un poco, saludos!
ResponderBorrarHola Mariana! El año pasado escuché de esta historia gracias a mi profe de Conocimiento de la Realidad (que viene a ser historia, básicamente) y un día, hablando justamente de la fundación de nuestro país y sus mitos, el profe terminó por contarnos una de las tantas versiones que rondan por la vida de la historia de Lucía. Siempre las leyendas que van en boca en boca quitan o agregan detalles, pero las hace más nuestras, al menos así lo pienso y creo que la historia de Lucía es tanto desgarradora como conmovedora, donde el amor en un tiempo parecía simple pero era bien complicado a su vez. No sé, fue lo que me puse a pensar leyendo tu post. Espero más entradas así en el futuro, seguí así! Un beso :)
ResponderBorrarVaya, pues no conocía esta historia, qué curiosa, gracias por compartirla^^
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