Título:
Betibú
Título
original: Betibú
Saga: -
Autora:
Claudia Piñeiro
Fecha de
publicación: abril de 2011
Editorial:
Alfaguara
N° de
páginas: 348
ISBN: 978-987-041-78-80
Cuando parece que la tranquilidad ha
vuelto a reinar en el country La Maravillosa, Pedro Chazarreta aparece
degollado, sentado en su sillón favorito, con una botella de whisky vacía a un
costado y un cuchillo ensangrentado en la mano. Todo hace suponer que se trata
de un suicidio. Pero pronto aparecen las dudas. ¿Acaso algún justiciero habrá
querido vengar la muerte de la mujer del empresario, asesinada tres años antes
en esa misma casa? ¿Será ésta la última muerte?
El Tribuno, uno de los diarios más
importantes del país, deja de lado por unos días su enfrentamiento con el
gobierno para cubrir a fondo la noticia. Al escenario del crimen, envía a Nurit
Iscar, una escritora retirada, y a un periodista joven e inexperto. Y aunque el
antiguo jefe de la sección Policiales, Jaime Brena, ha sido desplazado por
sacar los pies del plato, decide involucrarse en el caso y ayudar a su
reemplazante y a Nurit, a quien admira en secreto.
Una novela atrapante, en la que la
autora de Las viudas de los jueves vuelve a desplegar todo su talento narrativo
para contar la investigación de un crimen y trazar un retrato del país. Lectora
aguda de la realidad y de los comportamientos sociales, Piñeiro echa luz sobre
las relaciones entre el periodismo y el poder y sobre los cambios que se han
producido en los medios de comunicación, y nos enfrenta a un mundo de límites y
controles en el que a pesar de todo siempre existe la posibilidad de tender
puentes y apostar de nuevo.
Les digo, a día de hoy, a dos meses de terminar el año, que es bastante probable que acabe leyéndome el resto de sus novelas antes de que el mismo concluya; Claudia Piñeiro fue para mí un gran descubrimiento, como amante de los policiales que soy, hace tiempo que no me veía tan entretenida.
La historia nos introduce a tres personajes: Nurit Iscar, conocida por sus amigos como Betibú, Jaime Brena, un periodista chapado a la antigua, de calle y con mucho conocimiento por transmitir, y “el pibe de Policiales”, un chico joven que, si bien es el nuevo encargado de la sección de Policiales del diario, ni siquiera acaba de entender por qué decidió quedarse en esa sección. Si bien Jaime y Nurit llevan tiempo de conocerse, cada uno vive una vida solitaria, apartado de los demás. Nurit, en su tiempo, fue una escritora bestseller, pero tras una crítica que la destruyó publicada por el diario el Tribuno, su carrera se desvirtuó hasta acabó convirtiéndose en una escritora fantasma.
Algo que cabe destacar desde un inicio es el choque generacional, que se ve reflejado ante todo en Jaime Brena y el pibe de Policiales; el primero lleva más de diez años trabajando allí y, a pesar de ser el mejor escritor de Policial que tiene el periódico, se vio relegado a la sección de Cultura, donde pasa sus días escribiendo notas que no solo le resultan tontas sino que amargan cada uno de sus días; el segundo, apenas está entrando en carrera, si bien trabajó en otro periódico antes, apenas sabe lo que quiere, no tiene una buena base, no lee demasiado y vive colgado de internet.
Lo que me gustó tanto de este equipo fue la amplitud de posibilidades que la escritora nos trajo con esto, resaltando la importancia de ambas partes en el asunto. Continuamente nos encontramos con pares dicotómicos, que, a la larga, su existencia logra mantener la balanza en equilibrio. Tinta o red, hombre o mujer, experiencia o inexperiencia, vejez o juventud. El trabajo en equipo se hace clave cuando Nurit se ve en situación de trabajar en conjunto con el encargado de la sección de Policiales, trabajo que no hubiese sido ni la mitad de bueno de no haber sido por la intervención de Brena que, si bien comienza como mediador, no tarda en verse volcado de lleno en el caso, pudiendo paladear una vez más la adrenalina que tanto echaba de menos.
A través de estos personajes bien
construidos, Claudia nos lleva a una aventura que, a pesar de su carácter ficcional,
tiene mucho de realidad. Llevándonos de paseo por Buenos Aires, le pegamos una
revisada a cómo el periodismo fue cambiando con el transcurso del tiempo,
volviéndose más accesible pero también más plano; Nurit es una mujer que
desconfía, que no se conforma con la primera hebra de información y que escarba
hasta dar con las raíces de la misma, tomando distintas fuentes para así formar
una agenda personal y logrando forjar así su juicio propio. Son hábitos que
invitan a ser practicados. Los consejos de los personajes son constantes,
resaltando a cada momento la importancia de leer y de mantenerse informados,
consejos que, como lector, uno bien puede tomar.
Es así que, en su novela, Claudia
nos presenta a mucho más que un policial, nos brinda también una guía; toma
conceptos de la antigüedad clásica y los trae hasta el día de hoy y, a través
de los mismos, nos enseña una lección que, una vez más, invita a mantener los
ojos abiertos. Es una lectura ágil, atrapante, que transmite mucho a través de
diálogo y accionar. Toca temas sensibles: violaciones, aborto. Y nos hace una
pregunta, ¿quién es en realidad quien define lo que es o no justicia? ¿Hasta dónde
llega la culpa de uno? ¿Está la inacción justificada? Hay tantos hilos
interesantes entramados gracias a la gama de personajes que entran en escena
que acaba siendo una novela muy rica, que invita al debate.
Si este es el primer acercamiento
que tienen a Claudia Piñeiro, espero que le den una oportunidad. Si les gustan
los policiales, de seguro van a encontrar en esta novela un buen acercamiento.
Es entretenida pero, a su vez, deja mucho qué pensar.
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