Título: Rojo y Oro
Saga: -
Autoras: Iria G. Parente & Selene M. Pascual
Fecha de publicación: febrero de 2017
Editorial: Alfaguara
N° de páginas: 446
ISBN: 978-842-0485-133
Escuchad mortales,
la historia de un dios que no quería vivir,
de una amazona obligada a matar
y de su libertad para siempre robada.
Aguardad y temed el despertar del caos:
cuando Eris abra los ojos,
la venganza al fin llegará.
Orión está cansado de ser el esclavo de Hera desde que su madre, la diosa del Caos, fue condenada por su ambición. Hera le ha tratado siempre más como un criado que como el dios que es. Y quiere que eso acabe.
Asteria está cansada de luchar. Desde que el pueblo de las amazonas fue arrastrado hace años, ella y sus hermanas viven esclavizadas y obligadas a servir al Emperador de Élada como gladiadoras. Y quiere que eso acabe.
El mundo de Orión es dorado como solo puede serlo la grandeza de los dioses: el mundo de Asteria es rojo como solo puede serlo la sangre que derrama cada día.
Ambos buscan venganza hacia quienes los encadenaron en esos mundos.
Ambos buscan libertad, y harán lo que sea necesario para conseguirla.
Rojo y Oro nos introduce en un
mundo de mitología de lo más rico, no solo a nivel trama, sino a nivel
composición. Los detalles están bastante cuidados, desde la ropa, las
costumbres y todo el conflicto que se da en lo respectivo a la caída del mundo
de los dioses griegos como lo conocemos. Ya el ver que la obra estaba dividida
en Cantos, partiendo cada uno con una invocación, ¡uf, puntos extra para todos!
Se nota además que, a nivel general, las autoras poseen conocimiento del tema.
A nivel general, me quedé bastante contenta con la obra.
La historia nos presenta a dos
personajes. Por un lado tenemos a Asteria, una amazona que fue arrancada de su
hogar junto a sus hermanas, y que día a día arriesga su vida en las luchas,
enfrentando animales, grupos de guerreros, etc. para así ganar la libertad de
una de sus hermanas. Ella representa la humanidad, la guerra, el dolor, y su
vida está teñida del rojo de la sangre. Por otro lado tenemos a Orión, el dios
de la Vida. Hijo de Caos, desde una temprana edad se vio obligado a cumplir un
rol de esclavo a las órdenes de la mayor enemiga de su madre, Hera, condenado
por pecados que él no ha cometido. Él representa a las deidades, al Mundo Superior,
y su sangre es dorada.
Cuando los dos personajes se
ven reunidos bajo una meta común, comenzarán un camino en el que tendrán que superar
muchísimas dificultades. Admito que, de a ratos, la obra se me hizo un poco
larga, llegó un punto en el que ya no quería más pruebas, enemigos, etc.
Necesitaba llegar a la conclusión final. Cada uno de ellos enfrenta sus propios
demonios y, al final, los dos personajes tienen un gran desarrollo. Orión es un
bebé adorable, de esos personajes que te llenan de orgullo con su crecimiento,
y Asteria no se queda atrás, ella está dispuesta a darlo todo por sus seres
queridos.
Otra cosa que rescato de la
obra es que las personalidades de los dioses están muy bien llevadas. Al
principio esperaba encontrarme algo a lo Riordan, un poco más cómico, pero no,
nada que ver. Las representaciones son buenas, fieles y, lo más importante, se
mantienen a lo largo de la historia. Si bien de a ratos vemos que alguna deidad
intercede a favor de un humano, constantemente se remarca el hecho de que no es
lo normal y que, por encima de todo, están sus intereses como individuos. Otra
cosa que me encantó es que los dioses que protagonizan la historia no son los
que acostumbramos ver como protagonistas en las novelas mitológicas.
Amé a las amazonas. Su
cultura, su historia y, sobre todo, en lenguaje que emplea Asteria. Ella no
habla de dioses, habla de diosas, habla de nosotras, habla de humanas. Ella, a
pesar de ser prisionera en una cultura que busca aplastar la suya, no deja que
se le impongan. De hecho, cuando en alguna ocasión otro de los personajes intenta
corregirla, ella expresa con claridad que seguirá hablando según sus
costumbres. Me pareció un mensaje muy lindo respecto a la tolerancia que
aparece de forma sutil.
Si bien esta novela tiene
muchas cosas que considero positivas tanto a nivel trama como a composición,
hubo algo que, admito, me la hizo un poco insufrible: el amor. Desde que vi que
empezaban a encaminar la historia para meter una trama de ese tipo, me hizo
mucho ruido. ¿Vieron cuando un personaje les da cierto feeling y cuando pasa
algo que va en contra de eso les hace mucho ruido? Bueno, eso fue lo que sentí.
Si bien en un momento se aclara que a Asteria le gustan tanto las mujeres como
los hombres, siempre me dio la sensación de que no es el tipo de personaje que
podría mantener una relación amorosa con uno. ¿Qué decirles? Siempre sentí que
pateaba más para el otro lado.
En este punto me parece prudente
mencionar a Ligeia. Ella es la tercera integrante de la pequeña familia que
conforma con Orión y Asteria… Y… ME FRUSTRABA MUCHO LEER COSAS DE ORIÓN Y
ASTERIA PORQUE NO PODÍA DEJAR DE PENSAR QUE ELLA Y LIGEIA SON UNA PAREJA MUCHO
MÁS LINDA Y, SOBRE TODO, MÁS NATURAL. Pero qué decirles, supongo que es
cuestión de cada uno (?)
Fue una novela interesante,
que disfruté. Como siempre, es un gusto compartir lecturas con los chicos de
Érase CL. Gracias por esperarme a pesar de los mil dramas que tuve, los amo.
Extrañaba mucho participar de una de las lecturas conjuntas del club.
¿Leyeron alguna novela de
temática mitológica? ¿Cuáles recomiendan? ¡Los leo en los comentarios! Olvidé mencionarlo arriba pero las imágenes que acompañan la reseña son algunas de las preciosas ilustraciones que hizo Mar del Valle para la novela, otro punto extra (?)
¡Hasta la próxima!
Hola!
ResponderBorrarNo es mi estilo de lectura, así que voy a dejarlo pasar.
Gracias por la reseña.
Besitos :)